lunes, 11 de mayo de 2009

Conocer: ¿ser o no ser?

Conocer... ¿ser o no ser?
Vea y veda: conocer,
algo que hace al verbo "ser"...
Y se ve que para ser
es preciso también “ver”...
La intuición precisa al ojo,
que es testigo de la acción.

Precisar es depender,
precisar es precisión...
Y si es que no lo preciso
no hay necesidad o es vago.
Es preciso lo conciso
para que haya distinción.
¿Es complejo lo que observo, cuando miro en el espejo?
Si es así entonces lo dejo: dificulta la cuestión.


Se trata de conocer, y tratar es intentar,
porque mucho es lo que hablamos, y poco lo que escuchamos
cuando una palabra expresa y cae presa en nuestra red...

Este rojo conceptual, rojo sangre, ojo cerrado, que parece que
al mirar la apariencia es "lo que es" y ¿que es una apariencia
si no es mas que pseudo-ciencia? O quizás es al revés...


Conocer, ¿ser o no ser? Esta lógica pregunta... o mas lógico es callar,
con el dedo señalar: "no decir, sino mostrar" dijo un genio medio zen
que tenia doble virtud: ser "positivista y lógico"...
y lógico, ¿como no habría de ser quien al querer(se) conocer se trastoca en la experiencia
y derrocha la sentencia que "no existen las esencias, mas que para entorpecer"...
Rara avis” la conciencia que en busca de complacencia y evitando enloquecer da lugar a la sustancia, metafísica arrogancia para no perder poder... (Para no dejar de ser).


¿Y entonces? La verdad. Corresponde a realidad y lo real no enviste al Rey cuando dice que conoce para así evitar el roce con lo incierto y el azar.

Es entonces que real es la cosa que conoce y conoce aquella cosa que parece regular...
Pues "si hay regla, hay verdad". Balbuceo inductivista de algún mecanicista que quería tranquilidad.


Tranquilidad que queremos -tambien nosotros (oremos)-
para así conjeturar una vida predecible
poco digna aunque apacible, aburrida y pseudomorfa,
que nos lleva a preguntar...
Y trasunta la pregunta.
Y esto vuelve a comenzar...

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